La historia de Nikola Tesla, el genio que cambió el mundo con sus ideas revolucionarias

28 de mayo de 2023

La historia de Nikola Tesla, el genio que cambió el mundo con sus ideas revolucionarias

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Desde muy chico, desarrolló gran interés por la ciencia y la ingeniería, y se obsesionó con tratar de entender cómo funcionaba la electricidad. A lo largo de su vida, luchó incansablemente contra poderosos rivales para desarrollar sus ambiciosas ideas y contribuyó significativamente a áreas como el electromagnetismo, la radiofrecuencia, la robótica y las telecomunicaciones, entre muchas otras. Gracias a sus descubrimientos e invenciones, se logró la masificación de la energía eléctrica a escala global y se sentaron las bases del mundo moderno. Llegó a registrar más de 300 patentes y se le considera como el “Padre de la Segunda Revolución Industrial”. Luego de una exitosa carrera como científico, inventor e ingeniero, murió sólo en una habitación de hotel lleno de deudas y condenado al olvido, pero décadas después su legado resurgiría y obtendría su lugar en la historia como uno de los más grandes genios que la humanidad ha conocido… ¿Cómo sucedió?

¿Cómo se convirtió Nikola Tesla en uno de los más grandes genios de la historia?

El protagonista de esta historia es Nikola Tesla, quien nació el 10 de julio de 1856 en Smiljan, una localidad ubicada en la actual República de Croacia.

Su origen ha sido motivo de múltiples debates. Él nació en una familia serbia y siempre se definió a sí mismo como tal, pero su lugar de nacimiento se encontraba ubicado en el entonces Imperio Austríaco, que luego formaría parte del Imperio Austrohúngaro, después sería parte del estado de Yugoslavia y finalmente haría parte del territorio de la República de Croacia. Hoy, croatas y serbios discuten sobre si Nikola Tesla debe ser considerado croata, por haber nacido en una localidad que hace parte de su territorio, o si debe ser considerado serbio por su origen étnico y porque él se reconocía como serbio.

Nikola fue el segundo de cinco hijos. Su padre, Milutin Tesla, ejercía como sacerdote de la iglesia ortodoxa serbia. Su madre, Đuka Mandić, se desempeñaba como ama de casa y, aunque no sabía leer, aprendió ciencias de forma autodidacta. En su tiempo libre se dedicaba a construir pequeños aparatos caseros. Ella sería un gran referente e inspiración en la vida de Nikola Tesla.

Según cuenta la leyenda familiar, el día del nacimiento de Tesla hubo una fuerte tormenta eléctrica. La persona que atendió el parto dijo que los rayos eran de mal agüero y que ese sería un niño de la tempestad, a lo que su madre respondió: “No. Será un hijo de la luz”.

Infancia y adolescencia de Nikola Tesla

De acuerdo al propio Tesla, a la edad de 3 años experimentó un suceso que marcaría su vida. Mientras acariciaba a su gato, notó que se producían unas chispas que llamaron su atención. Le preguntó a su padre acerca del por qué sucedía esto, y él le explicó que se trataba del mismo fenómeno que ocurría en los árboles durante una tormenta: la electricidad. Desde ese momento, desarrolló un gran interés por tratar de entender cómo funcionaba la electricidad.

Durante su infancia, constantemente experimentaba relámpagos visuales y alucinaciones, generalmente disparadas por ideas que le rondaban la cabeza o como solución a problemas que se le habían planteado. Algunos consideran que esto se debe a que tenía un principio de sinestesia, que es una variación no patológica de la percepción humana que lleva a las personas a percibir de forma conjunta diferentes sensaciones. Las personas sinestésicas experimentan de forma automática e involuntaria la activación de una vía sensorial o cognitiva adicional en respuesta a estímulos concretos. Por ejemplo, pueden ver un color cuando escuchan una nota musical, o percibir tacto en su mejilla derecha cuando saborean un alimento.

En la escuela, Tesla demostró ser un chico brillante. Destacaba por su prodigiosa memoria y por su gran habilidad para realizar cálculos matemáticos. Era capaz de memorizar libros completos y recordaba imágenes con gran detalle y precisión. Sus profesores pensaban que hacía trampa en los exámenes, así que lo vigilaban de cerca, pero jamás le descubrieron nada.

En cuanto a su personalidad, era introvertido, reservado, muy perfeccionista y le gustaba trabajar en solitario.

Aunque su padre quería que siguiera sus pasos como sacerdote en la iglesia ortodoxa, el pequeño Tesla estaba más interesado en las máquinas y en las matemáticas, pasión que desarrolló observando a su madre.

En 1863, cuando Tesla tenía 7 años de edad, su hermano mayor falleció en un accidente a caballo. Fue un momento muy doloroso para él y lo marcó de por vida, tanto que incluso se culpaba por lo sucedido.

A la edad de 17 años, Tesla enfermó gravemente de cólera y estuvo muy cerca de morir. Su padre le prometió que, si se recuperaba, lo enviaría a una escuela de ingeniería para que pudiera estudiar lo que tanto le apasionaba. Pese al complicado pronóstico, el joven logró recuperarse y, en 1875, inició sus estudios de ingeniería eléctrica en la Universidad Politécnica de Graz, en Austria.

Mientras estudiaba en la universidad, comenzó a investigar los usos de la corriente alterna y se obsesionó con el propósito que lo guiaría por el resto de su vida: idear el modo en que la energía gratuita pudiese llegar a todo el mundo.

Con respecto a su época de estudiante universitario, Tesla afirmaba que trabajaba desde las 3 de la mañana hasta las 11 de la noche todos los días, incluso domingos y festivos. Después de la muerte de su padre, Tesla encontró un paquete de cartas de sus profesores a su padre advirtiéndole que, a menos que lo retiraran, su hijo moriría por exceso de trabajo.

La Universidad de Graz asegura que Tesla nunca se graduó y que dejó de asistir a clases durante el segundo semestre del tercer año. Al parecer, esto se debe a que desarrolló una adicción por los juegos de azar y terminó apostando el dinero de la matrícula.

En 1878, en busca de alejarse de su familia para que no se enteraran de su adicción y de su abandono al estudio, se mudó a Maribor, Eslovenia, donde tuvo la oportunidad de trabajar como ayudante de ingeniería.

En 1880, dos de sus tíos reunieron dinero suficiente para enviarlo a Praga para que terminara sus estudios en la Universidad Carolina. Se inscribió, pero solo cursó un semestre y volvió a retirarse.

Nikola Tesla, el emprendedor
Nikola Tesla - FOTO: CEDOC

Los primeros trabajos de Nikola Tesla con electricidad

En 1881, llegó a Budapest y consiguió trabajó en la Compañía Nacional Telefónica. Allí realizó muchas mejoras en el equipo de la estación central, llegó a ser jefe de electricistas y desarrolló un dispositivo que, de acuerdo con ciertas fuentes, era un repetidor telefónico o amplificador, pero que, según otros, pudo haber sido el primer altavoz. Dicho dispositivo nunca se patentó.

En 1882, se trasladó a París y empezó a trabajar en la Continental Edison Company, una de las empresas del reconocido inventor estadounidense Thomas Alva Edison. Allí se encargó de instalar sistemas eléctricos por toda la ciudad y aportó mejoras al equipo eléctrico desarrollado por la compañía. Durante esta época, comenzó a desarrollar sus ideas para motores de inducción de corriente alterna y transformadores.

Al percatarse de la enorme genialidad y brillante trabajo del joven Tesla, su jefe directo, Charles Batchelor, le recomendó que fuera a Estados Unidos a trabajar directamente con Thomas Edison.

En 1884, con 28 años de edad, Nikola Tesla llegó a Estados Unidos con nada más que ¢4 centavos en moneda americana, un libro de poesía y una carta de recomendación escrita por Charles Batchelor para Thomas Edison que decía: “Conozco a dos grandes hombres, y usted es uno de ellos. El otro es el joven portador de esta carta”.

Gracias a la carta de recomendación, Tesla fue contratado como ingeniero eléctrico en la Edison Machine Works, ayudando a resolver algunos de los problemas de la compañía. Sin embargo, las ideas desafiantes de Tesla y los celos profesionales de su nuevo jefe, hicieron que esta relación laboral durara poco.

Durante el tiempo que Tesla trabajo para Edison, demostró en varias ocasiones ser una persona brillante. En una ocasión, por ejemplo, las dinamos que la compañía de Edison había instalado en el SS Oregon se dañaron, lo que retrasó la salida del buque de Nueva York. Tesla se presentó como voluntario para realizar la reparación, y estuvo trabajando toda la noche, logrando hacer que las dinamos funcionaran de nuevo, gracias a lo cual recibió las felicitaciones de Edison a la mañana siguiente.

Otro de los momentos más destacados de esta etapa de la vida de Tesla, fue la ocasión en que Edison le pidió que le ayudara a mejorar el rendimiento de los generadores de corriente continua que su compañía había diseñado, ofreciéndole una bonificación de $50 mil dólares de la época (equivalentes a más de $1 millón de dólares actuales) si lo lograba. El joven, motivado y ansioso por demostrar su talento, puso manos a la obra y rediseño los generadores haciéndolos mucho más eficientes. Cuando fue a ver a Edison para cobrar su recompensa, él le dijo: “Tesla, usted no entiende nuestro humor estadounidense”, haciéndole entender que lo de la bonificación era sólo una broma y rompiendo así su palabra.

A pesar de su evidente talento y capacidad, muchas de las ideas de Tesla iban en contra de las ideas y de la visión de Edison, por lo que jamás hubo una perfecta sintonía entre los dos.

Lleno de frustración al ver que sus ideas y talento no eran valorados, Tesla tomó la decisión de renunciar a su trabajo y a su salario para aventurarse a iniciar una compañía propia.

“No tenía ninguna afición, no se preocupaba por ningún tipo de diversión y vivía en un absoluto desprecio de las más elementales normas de higiene... Su método era ineficiente en extremo, ya que se tenía que cubrir un campo inmenso para obtener cualquier cosa, a menos que interviniera la casualidad ciega y, al principio, casi fui un triste testigo de sus actos, sabiendo que solo un poco de teoría y cálculo le habrían ahorrado el 90% del trabajo. Pero tenía un verdadero desprecio por el aprendizaje de libros y el conocimiento matemático, confiando por completo en su instinto de inventor y en su sentido práctico estadounidense.” -Dijo Tesla sobre Edison en una publicación para The New York Times.
Edison vs Tesla

La Guerra de las Corrientes: Nikola Tesla Vs Thomas Edison

Entusiasmado porque al fin tendría la libertad para enfocarse en desarrollar sus proyectos, pero con muy poco dinero para hacerlo, se vio obligado a trabajar temporalmente cavando zanjas para la compañía de Edison, así reunió algo más de dinero para dar el siguiente paso en su objetivo.

A inicios de 1885, fundó su propia empresa, la Tesla Electric Light & Manufacturing; sin embargo, sus primeros inversionistas no estuvieron de acuerdo con sus planes para el desarrollo de un motor de corriente alterna y terminaron relevándolo de su puesto en la compañía.

Devastado por este fracaso y sin dinero, Tesla se vio en la necesidad de trabajar como obrero en Nueva York hasta 1887 para mantenerse y reunir capital para su próximo proyecto.

En 1888, presentó ante el Instituto Americano de Ingenieros Eléctricos (AIEE) un motor de inducción sin escobillas alimentado con corriente alterna. Ese mismo año, comenzó a trabajar con George Westinghouse en la Westinghouse Electric & Manufacturing Company, convenciéndolo con sus ideas sobre sistemas polifásicos que podrían permitir la trasmisión de corriente alterna a larga distancia.

Por aquel entonces, la demanda de energía eléctrica crecía en Estados Unidos, pero la tecnología utilizada para proveer el servicio era la corriente directa de Thomas Edison, quien contaba con el apoyo del poderoso banquero y empresario J. P. Morgan.

Nikola Tesla consideraba que la corriente directa era demasiado ineficiente y costosa, por lo que junto a Westinghouse se plantearon el reto de abastecer a todo el país con sistemas de corriente alterna.

La corriente alterna de Tesla demostró rápidamente ser muy superior al sistema de corriente continua estándar de Edison. La corriente alterna no solo conseguía producir voltajes significativamente más altos, sino que, además, podía transmitir esa energía eléctrica a distancias más largas y a un costo mucho menor que la corriente directa.

Edison, guiado por el temor de ver caer el imperio que estaba construyendo, inició una campaña de desprestigio en contra de la corriente alterna, electrocutando animales y personas en público usando generadores de corriente alterna fabricados por la compañía de Westinghouse, esto con el objetivo de mostrar lo peligrosa que resultaba la tecnología propuesta por su rival. Tesla y Westinghouse, por su parte, emprendieron una gira de presentaciones en público en las que Tesla deslumbraba a los asistentes permitiendo que la corriente alterna atravesara su cuerpo y encendiendo bombillas eléctricas con sus manos, demostrando así que su tecnología era completamente segura. Al enfrentamiento entre Edison y Tesla por imponer sus sistemas de generación de energía eléctrica se le conoció como “La Guerra de las Corrientes”.

Mientras tanto, el magante petrolero John D. Rockefeller, quien dominaba el mercado de kerosene, que era el principal recurso utilizado para la iluminación en los hogares, se percató de que el desarrollo de la energía eléctrica podría poner en riesgo su negocio, entonces invirtió una gran cantidad de dinero para que los medios de comunicación la desprestigiaran argumentando que la nueva tecnología era peligrosa y letal; sin embargo, estos esfuerzos no dieron resultado y Rockefeller no tuvo más opción que enfocarse en desarrollar nuevos derivados del petróleo, como la gasolina, que sería la sustancia encargada de impulsar los vehículos modernos y máquinas que funcionaban con motores de combustión interna.

En 1890, a orillas de las Cataratas del Niagara, se estaba construyendo una planta de energía con la potencia para brindar electricidad a todo el noreste de Estados Unidos. Los encargados de construirla requerían a una empresa que suministrara los generadores, pero aún no decidían si usar corriente directa, como la impulsada por Edison, o corriente alterna, como la impulsada por Tesla.

Morgan sabía que, al final, solo un sistema de corriente dominaría el mercado de la electricidad, y que obtener el contrato de la planta de energía de las Cataratas de Niagara sería determinante para que uno de los dos sistemas prevaleciera. Con esto en mente, preparó sus casi que ilimitados recursos y su influencia para eliminar a sus competidores. Estaba dispuesto a hacer lo que fuese necesario.

Como parte de su estrategia, aprovechó una crisis económica para infundir temor en el mercado de valores y afectar a su principal competidor, Westinghouse. Tal como lo había previsto, los inversionistas de Westinghouse Electric corrieron a liquidar sus acciones, dejando a la compañía al borde de la quiebra y con pocas opciones de sobrevivir.

Ante la difícil situación, George Westinghouse citó a Tesla para proponerle reducir o rescindir temporalmente de sus regalías mientras la compañía se recuperaba. Para sorpresa de Westinghouse, Tesla rompió el contrato original en el acto y renunció por completo a sus regalías, salvando así de la bancarrota a Westinghouse Electric. Para Tesla, era mucho más importante el impacto que su invento traería para la humanidad, que todo el dinero que pudiese ganar con sus patentes.

Sin el costo del pago de las regalías a Tesla, la compañía de Westinghouse logró atraer nuevos inversionistas para continuar sus operaciones.

En 1893, se realizaría la Feria Mundial de Chicago, un importante evento que contaría con la participación de más de 50 países. Los organizadores querían que el evento fuese iluminado con energía eléctrica. Las compañías de Edison y Westinghouse presentaron sus respectivas propuestas; sin embargo, la propuesta de Westinghouse constaba menos de una cuarta parte de lo que costaba la propuesta de Edison. Aunque Edison y Morgan hicieron grandes esfuerzos para reducir el costo de su propuesta, finalmente la empresa que ganó la licitación fue la de Westinghouse.

El evento contó con más de 27 millones de asistentes que presenciaron el encender de más de 200 mil bombillas eléctricas frente a sus ojos. La feria fue el escaparate perfecto para que el mundo entero atestiguara los beneficios de la corriente alterna de Tesla.

Luego de la feria, Westinghouse Electric & Manufacturing Company ganó el contrato para proveer los generadores de la central eléctrica de las Cataratas del Niagara. Gracias a esta victoria, la corriente alterna de Tesla se convirtió en el estándar y comenzó a expandirse por el mundo entero.

“No creo que haya una emoción más intensa para un inventor que ver alguna de sus creaciones funcionando. Esa emoción hace que uno se olvide de comer, dormir, de todo.” –Decía Nikola Tesla.

Habiendo perdido la guerra de las corrientes, la Edison General Electric Company entró en bancarrota.

Lleno de frustración por lo sucedido, y negándose a admitir su derrota, J. P. Morgan decidió continuar con la lucha sin importar lo que tuviera que hacer. Como primera medida, fue a hablar con Westinghouse y lo amenazó con iniciar una demanda por infracción de patentes si él no le cedía las patentes de electricidad AC de Nikola Tesla. Westinghouse sabía que su compañía no contaba con los recursos para asumir la demanda, así que terminó accediendo a las peticiones de su rival. Luego, Morgan comenzó a comprar acciones de Edison General Electric Company hasta obtener una participación mayoritaria. Con el control de la empresa en sus manos, procedió a cambiarle el nombre por General Electric, despidió a Thomas Edison, cambió el enfoque de la corriente directa a la corriente alterna y puso en marcha un ambicioso plan de expansión para dominar el mercado mundial de energía eléctrica. Gracias a estas cuestionables acciones y decisiones estratégicas, la General Electric Company se convirtió al instante en una de las compañías más grandes y poderosas del planeta, con una valoración de $50 millones de dólares de la época, que equivaldrían a más de $1.000 millones de dólares actuales.

Según diversos análisis, si Nikola Tesla hubiera recibido las regalías que le correspondían por sus patentes de electricidad AC, se habría convertido en una de las personas más ricas de la historia. En todo caso, aunque si recibió una compensación económica por parte de Westinghouse, su mayor satisfacción fue el saber que finalmente su invento beneficiaría a la humanidad. Pero su ambición no cesaría allí. Él tenía en mente una idea mucho más grande: quería proveer al mundo entero con energía inalámbrica libre, gratuita e ilimitada.

Corriente alterna de Tesla

La Guerra de las Comunicaciones Inalámbricas: Nikola Tesla Vs Guillermo Marconi

Tomando como referencia los experimentos de Heinrich Rudolf Hertz que permitieron mostrar la existencia de ondas electromagnéticas, Tesla construyó un transformador resonante capaz de producir grandes campos eléctricos y magnéticos. Este invento sería conocido más adelante como “Bobina Tesla” y contribuiría enormemente al desarrollo de la tecnología inalámbrica.

En 1895, un incendio en el laboratorio de Tesla en Nueva York causó pérdidas incalculables a la ciencia, pues, además del edificio, se destruyeron todos los proyectos en los que estaba trabajando, incluyendo experimentos con los Rayos X, estudios sobre la licuefacción del aire e importantes avances en el campo del electromagnetismo. Este desafortunado incidente retrasó considerablemente sus investigaciones y permitió que otros inventores se le adelantaran en la obtención de patentes relacionadas con sus áreas de estudio. Por ejemplo, tal es el caso del alemán Carl von Linde, que presentó una patente de la aplicación del proceso de licuefacción del aire poco después de que Tesla perdiera en el incendio todo su equipo y sus modelos. A Tesla solo le faltaba demostrar la aplicación práctica de sus descubrimientos para obtener la patente.

Pese al revés, no se rindió y siguió adelante con el firme propósito de contribuir con sus ideas al desarrollo de la humanidad.

“La ciencia no es sino una perversión de sí misma, a menos que tenga como objetivo final el mejoramiento de la humanidad.” –Eran sus palabras.

En 1898, presentó un invento llamado "Teleautomaton", un bote en miniatura controlado a distancia por radio. La multitud que presenció la demostración hizo afirmaciones escandalosas sobre el funcionamiento del bote, atribuyéndolo a factores como magia, telepatía o que estaba siendo pilotado por un mono entrenado oculto en su interior. Tesla intentó venderle la idea al ejército estadounidense planteándole la posibilidad de construir torpedos controlados por radio, pero el ejército no mostró interés, así que dejó a un lado el proyecto sin siquiera patentarlo. Cinco años más tarde, el ingeniero español Leonardo Torres Quevedo patentaría el "Telekino", que se consideró el primer aparato de radiocontrol de la historia.

En 1899, Tesla se mudó a Colorado Springs para realizar experimentos de alta tensión y alta frecuencia. Allí construyó un laboratorio que contaba con una enorme Bobina Tesla de 15 metros de diámetro, con la que estudió la transmisión inalámbrica de energía eléctrica y las propiedades eléctricas de la Tierra. El poder de su bobina era tal, que en una ocasión produjo un cortocircuito en el generador de la estación local, causando un apagón en toda la región. Como estrategia publicitaria, Tesla hizo fotografiar los rayos y arcos eléctricos que generaba su enorme transformador. Dichas fotografías se hicieron muy populares.

Un día, notó un comportamiento inusual de un instrumento que registraba tormentas, un cohesor rotativo. Se trataba de un instrumento que realizaba registros cuando una tormenta se aproximaba y se alejaba de su laboratorio. Concluyó que se trataba de la existencia de ondas estacionarias, que podían ser creadas por su oscilador. Con equipos sensibles y muy precisos, pudo realizar mediciones de rayos que caían a gran distancia de su laboratorio, observando que las ondas de las descargas crecían hasta un pico y luego decrecían antes de repetir el ciclo total. Tesla sugirió que esto se debía al hecho de que la Tierra y la atmósfera poseían electricidad, lo que hacía que el planeta se comportara como un conductor de dimensiones ilimitadas, en el que era posible hacer transmisión de mensajes telegráficos sin hilos y transmitir potencia eléctrica a cualquier distancia terrestre, casi sin pérdidas, por medio de sus conocimientos de resonancia.

Con base en estas investigaciones, planteó la hipótesis de que sería posible crear un sistema inalámbrico de energía ilimitada y comunicaciones utilizando un poderoso transformador para producir una onda electromagnética que viajara a través del subsuelo hasta la otra punta de la tierra y se reflejara, formando así un flujo constante de energía que luego alimentaría receptores ubicados en distintos puntos de la tierra y sintonizados en la frecuencia correcta.

“Antes de que pasen muchas generaciones, nuestras máquinas serán impulsadas por energía obtenida en cualquier punto del universo.” -Decía el inventor.

Como dato curioso, Tesla aseguró haber observado en su laboratorio de Colorado Springs unas señales inusuales que más tarde creyó que podrían ser evidencia de comunicaciones de radio extraterrestre provenientes de Venus o Marte. Notó que eran señales repetitivas, pero con una naturaleza distinta a las observadas en tormentas y ruido terrestre. También mencionó que sus invenciones podrían ser usadas para hablar con otros planetas y afirmó que inventó para ese propósito un dispositivo al que llamó "Teslascopio". Aunque no se sabe a ciencia cierta cuáles fueron las señales que pudo recibir, a Tesla se le considera como el precursor de la radioastronomía.

Paralelamente, otro ingeniero también estaba trabajando en la aplicación de las ondas detectadas por Hertz. Se trataba del italiano Guillermo Marconi, quien se había propuesto a crear la telegrafía sin hilos usando ondas de radio, que son un tipo de radiación electromagnética.

En 1897, Marconi obtuvo en Gran Bretaña la que se considera oficialmente como la primera patente de la radio. Sin embargo, este es un hecho que desató una enorme polémica debido a que él se valió de los avances y descubrimientos realizados por diversos científicos e ingenieros desde varios años atrás, incluyendo los de Tesla, por lo que no era justo que el reconocimiento se le otorgara a una sola persona cuando fue un invento desarrollado gracias a los aportes de varias mentes. También, hay quienes consideran que el verdadero inventor de la radio fue Nikola Tesla, porque ya desde 1891 estaba realizando experimentos con ondas de radio y fue pionero en descubrir que podía transmitir y recibir señales de radio cuando éstas estaban sintonizadas a la misma frecuencia. Otros atribuyen la invención de la radio al ruso Aleksandr Stepánovich Popov, quien en 1895 desarrolló el que se considera el primer receptor de radio. La polémica sigue vigente hasta el día de hoy.

En 1899, Marconi consiguió establecer comunicaciones inalámbricas a través del Canal de la Mancha, demostrando así de forma práctica los avances en sus experimentos con ondas electromagnéticas. Luego, se propuso el reto de establecer comunicación a través del Océano Atlántico.

Presionado por los avances de su rival, Nikola Tesla regresó a Nueva York en busca de financiación, entonces recurrió al hombre que poseía el dinero suficiente para apoyar su ambicioso proyecto: el banquero y empresario J. P. Morgan. Para convencerlo, Tesla le planteó la idea de crear un sistema inalámbrico mundial de comunicación y transmisión de energía, el cual llegaría incluso a reemplazar al telégrafo y al teléfono, y permitiría establecer un sistema global de transmisión de información.

Aunque ambos habían competido ferozmente en la guerra de las corrientes, Morgan confiaba en la capacidad de Tesla, y Tesla necesitaba el dinero de Morgan, así que llegaron a un acuerdo. Morgan le dio a Tesla la suma de $150 mil dólares de la época, aproximadamente unos $5 millones de dólares actuales. A cambio, pidió el control del 50% de las patentes que desarrollara. Entusiasmado, Tesla le dijo que le daría el 51% de las patentes e inmediatamente inició la construcción de unas instalaciones con una imponente estructura de 30 metros de altura, conocida como “La Torre Wardenclyffe”.

Aunque el proyecto de Tesla sonaba muy prometedor, el tiempo transcurría y no conseguía mostrar resultados prácticos. Además, los avances en telegrafía inalámbrica de su competidor Guillermo Marconi comenzaron a llamar más la atención del público y de los inversionistas, ocasionando que poco a poco Tesla fuera perdiendo el apoyo recibido.

En 1901, Marconi logró su objetivo de transmitir ondas de radio a través del Océano Atlántico. El italiano recibió en San Juan de Terranova, Canadá, la letra “S” en Código Morse, transmitida por encargo suyo desde Poldhu, una pequeña región ubicada en Inglaterra. Este hecho fue determinante en la lucha entre Tesla y Marconi por dominar las comunicaciones inalámbricas.

El fracaso de La Torre Wardenclyffe

Como Tesla no lograba que su proyecto funcionara, propuso expandirlo construyendo una segunda Torre mucho más grande cerca de las Cataratas del Niágara, pero la idea no le gustó a Morgan, quien tomó la decisión de dejar de invertir en él. Aunque Tesla trató desesperadamente de contactar con Morgan para solicitarle más dinero, nunca recibió respuesta.

Sin el apoyo de MorganTesla quedó sumido en un montón de deudas y problemas. Intentó buscar más financiación, pero no tuvo éxito debido a que las dificultades económicas de la época hicieron que los inversionistas se abstuvieran de invertir en nuevas tecnologías para proteger sus capitales.

Poco a poco su más ambicioso sueño se fue desmoronando y terminó convirtiéndose en su mayor fracaso. El proyecto se detuvo por completo en 1905. La Torre Wardenclyffe eventualmente sería demolida durante la Primera Guerra Mundial y daría origen a todo tipo de teorías. Según algunos, el proyecto en general fue desfinanciado y saboteado porque su propósito de ofrecer energía libre y gratuita chocaba con los intereses de los grandes capitalistas. Según otros, la torre fue derribada para hacer frente a las deudas de Tesla. Y también se afirma que la torre se demolió para evitar que fuese utilizada por los alemanes durante la Primera Guerra Mundial. Pese a las múltiples teorías, lo que se sabe con certeza es que el proyecto nunca llegó a operar plenamente como Tesla lo había planteado, y eso ocasionó que los inversionistas perdieran el interés. Varios científicos han analizado la propuesta de Tesla para determinar si hubiese funcionado, pero aseguran que no, debido a que el proyecto se basaba en una comprensión errónea de las leyes del electromagnetismo. Según explica el físico y divulgador científico José Luis Crespo, Tesla confiaba en que era posible generar ondas electromagnéticas longitudinales para crear las ondas estacionarias que permitieran la transmisión de energía y mensajes a través de la tierra, pero en realidad las ondas electromagnéticas son siempre transversales, ocasionando que estas se propaguen en todas las direcciones y causando pérdidas de energía considerables que impedirían la viabilidad del proyecto.

Tras este fracaso, Tesla cayó en una profunda depresión, pues el que consideraba como “el proyecto de su vida” había quedado inconcluso. Pese a ello, su espíritu científico no se apagó y continuó con sus investigaciones y experimentos.

En 1909, Guillermo Marconi fue galardonado con el Premio Nobel de Física por su contribución a las comunicaciones por radio.

Tesla reclamó porque sentía que no estaba siendo reconocido adecuadamente por sus aportes al campo de la comunicación inalámbrica y criticó abiertamente a Marconi y sus logros, afirmando que el italiano estaba utilizando sin su permiso hasta 17 patentes suyas.

En 1915, Tesla entabló una demanda contra la compañía de Marconi por infringir sus patentes de sintonización inalámbrica. Inicialmente el caso no tuvo mayor trascendencia, pero, en 1943, 28 años después, la Corte Suprema de Estados Unidos fallaría a favor de Tesla, reestableciendo sus derechos sobre las patentes disputadas. Lamentablemente, para ese momento tanto Nikola Tesla como Guillermo Marconi ya habían fallecido. Es importante mencionar que la demanda de Tesla solo cobró relevancia cuando la compañía de Marconi intentó demandar al gobierno de Estados Unidos por infracciones de sus patentes durante la Primera Guerra Mundial, entonces la Corte Suprema de Estados Unidos falló a favor de Tesla para desestimar la demanda de la compañía de Marconi, pero el tribunal aclaró que su decisión no tenía relación con la reclamación de Marconi como el primero en lograr la transmisión de radio, sino solo por las mejoras que patentó en 1904.

Secretos de Nikola Tesla

Los últimos años de Nikola Tesla como inventor

Para 1920, Tesla había gastado prácticamente todo su dinero en investigaciones e inventos que tuvieron éxito variado. Al quedarse sin recursos, terminó viviendo en habitaciones de hotel en las que iba dejando cuentas sin pagar. Westinghouse lo apoyaba pagándole algunas de estas cuentas y otorgándole una pensión para evitar que cayera en la mendicidad y afectara negativamente la imagen de su empresa, pero Tesla no fue precisamente una persona hábil en el manejo del dinero, por lo que sus problemas financieros se hacían cada vez más grandes.

"Todo mi dinero lo he invertido en experimentos para realizar nuevos descubrimientos que permitan a la humanidad vivir un poco mejor." -Dijo Tesla en una ocasión.

En 1928, recibió la patente para un avión capaz de despegar verticalmente. Pensó que la aeronave se vendería por menos de $1.000 dólares, aunque fue calificada como poco práctica. Esta sería la última patente obtenida en su carrera como inventor.

En 1931, un joven escritor llamado Kenneth Swezey organizó una celebración para el cumpleaños número 75 de Tesla. El inventor recibió cartas de felicitación de más de 70 pioneros de la ciencia y la ingeniería, incluido Albert Einstein, y también apareció en la portada de la revista Time por su contribución a la industria de la energía eléctrica. La celebración tuvo tal impacto, que Tesla decidió convertirla en un evento anual. Cada año, en su cumpleaños, el inventor organizaba la celebración e invitaba a la prensa para hablar de diversos temas, plantear su visión del futuro y presentar los inventos en los que había estado trabajando. Lamentablemente, conforme transcurrían los años, su salud mental comenzó a deteriorarse, y esto ocasionó que la prensa lo empezara a retratar como un “científico loco”. Entre los muchos inventos y desarrollos que anunció en dichos eventos, se encontraban un motor que funcionaría gracias a radiación cósmica, una nueva forma de energía basada en una teoría que era totalmente opuesta a la física de Einstein, una forma de fotografiar la retina para registrar el pensamiento, una forma de producir corriente directa por inducción, una versión de su oscilador mecánico capaz de producir terremotos, una nueva técnica llamada "telegeodinámica" (la cual permite transmitir vibraciones al suelo para ser utilizadas para la comunicación o para localizar depósitos minerales subterráneos), y un arma defensiva que enviaba a través del aire rayos concentrados de partículas con una potente energía capaz de destruir ejércitos enteros (él la llamó “Teleforce”, pero la prensa la llamaría “Rayo de La Muerte”).

Sus más acérrimos seguidores afirman que todo el trabajo de Tesla en la última etapa de su vida fue saboteado por enemigos poderosos a quienes no les convenía que él siguiera adelante con sus investigaciones; sin embargo, la comunidad científica coincide en que muchos de los proyectos que mencionó no eran técnicamente viables, ni siquiera con la tecnología actual, pero esto no le quita mérito a sus grandes aportes a la humanidad, de hecho, refuerza la que fue una de sus principales características: persistencia; así como luchó incansablemente para demostrar la superioridad de la corriente alterna, también persistió con ideas excéntricas que no funcionaron, como sucedió con la Torre Wardenclyffe. Otras de sus equivocaciones más recordadas son que no creía en la teoría de la relatividad de Albert Einstein y negaba la divisibilidad del átomo en su tiempo. En todo caso, esa es la vida del genio: recibir elogios y aplausos cuando sus proyectos triunfan, y recibir críticas y ser tildado de “loco” cuando se equivoca. Lo que si queda claro es que Tesla fue un visionario que estaba muy adelantado para su época. Algunas de sus ideas que sonaban a ciencia ficción, en cuestión de décadas fueron materializándose. Sin duda, su visión más acertada fue la de un mundo hiperconectado a través de una tecnología de comunicación como lo es hoy Internet. Y predijo que, cualquier persona, en tierra o mar, iba a poder recibir noticias de cualquier lugar del mundo o mensajes particulares destinados solo a ella, con un aparato sencillo y barato que cabría en su bolsillo.

Comportamientos extraños y manías de Nikola Tesla

En contraste con su genialidad, Tesla también llamaba la atención por sus comportamientos extraños y obsesivos. Se lavaba las manos muy frecuentemente y evitaba tocar a la gente y a los objetos porque padecía de misofobia, que es el miedo a la contaminación con la suciedad y gérmenes. También, sentía miedo de la joyería, especialmente de las perlas, llegando incluso a negarse a hablar con mujeres que las llevaban. A sus temores se le sumaban sus manías, por ejemplo, la del tres: prefería hacer todo en grupos de tres o múltiplos de tres, solo dormía en habitaciones de hotel que fueran divisibles por tres y daba tres giros alrededor de un edificio antes de entrar en él. Nunca se casó ni tuvo hijos; decía que su castidad era muy útil para sus capacidades científicas.

Otra de sus obsesiones estuvo relacionada con palomas. En los últimos años de su vida, paseaba hasta un parque todos los días para alimentar a las palomas. Se dedicó a alimentarlas en la ventana de la habitación de su hotel, atrayendo a aquellas que estuvieran heridas para curarlas. Aseguraba que era visitado diariamente por una paloma blanca que había recogido cuando estaba herida y a la que le construyó un dispositivo para ayudarla a sanar. Al respecto, Tesla declaró:

“He estado alimentando palomas, miles de ellas, durante años. Pero había una, un pájaro hermoso, de color blanco puro con puntas gris claro en sus alas; ése era diferente. Era una hembra. Solo tenía que desear llamarla y ella venía volando hacia mí. Me encantaba esa paloma como un hombre ama a una mujer, y ella me amaba. Mientras la tuve, hubo un propósito en mi vida.”

Cuando la paloma murió, le hizo un funeral y afirmó haber perdido el sentido de la vida. Otras teorías apuntan a que su obsesión con las palomas se debe a que las utilizaba para enviar mensajes confidenciales sobre sus experimentos.

El legado de Nikola Tesla

Luego de toda una vida dedicada a la ciencia, la investigación y la ingeniería, Nikola Tesla falleció el 7 de enero de 1943 a la edad de 86 años en la habitación 3327 del hotel New Yorker.

Dos días después de su muerte, el FBI ordenó que la Unidad de Custodia de Propiedades Extranjeras se apropiara de sus pertenencias. Después de analizar durante tres días los artículos de Tesla, el informe de la unidad concluyó que no había nada que pudiera constituir un riesgo en manos hostiles:

“Los pensamientos y esfuerzos de Tesla durante al menos los últimos 15 años, fueron principalmente de carácter especulativo, filosófico y algo promocionales, a menudo relacionados con la producción y transmisión inalámbrica de energía; pero no incluyó principios o métodos nuevos, sólidos y viables para realizar tales cometidos.” –Decía el informe.

El 12 de enero de 1943, se realizó un funeral de estado en la Catedral de San Juan el Divino para despedir a Tesla. Al evento asistieron más de 2.000 personas, incluidos destacados científicos y el presidente Roosevelt. Después del funeral, su cuerpo fue llevado al Cementerio Ferncliff en Ardsley, Nueva York, donde fue incinerado.

En 1952, la insistencia del sobrino de Tesla, Sava Kosanović, consiguió que todas las propiedades de Tesla fueran enviadas a Belgrado en 80 baúles marcados con las letras NT.​ Posteriormente, también serían trasladadas sus cenizas y ahora se exhiben en una esfera dorada sobre un pedestal de mármol en el Museo Nikola Tesla.

Resulta curioso que, tras su fallecimiento, el nombre de Nikola Tesla comenzó a ser opacado restándole importancia a sus aportes y dándole mayor relevancia a otros científicos e inventores que rivalizaron con él. Se afirma que esto se debe a que Tesla no se llevaba muy bien con la comunidad académica porque no presentaba artículos de forma regular como lo hacían otros científicos. Otro posible motivo es que Tesla no hacía planos de sus inventos ni los documentaba adecuadamente, sino que lo memorizaba todo, por ello le resultaba difícil a la comunidad científica validar su autoría en diversas invenciones y descubrimientos. Además, él no registraba todos sus inventos, pasó por alto desarrollos que no consideró relevantes en su momento y que luego serían presentados por otros inventores. No sería sino hasta décadas después de su muerte que un movimiento contracultural se encargaría de rescatar su legado otorgándole el reconocimiento que merece. Sin embargo, también han surgido toda clase de teorías conspirativas en torno a su vida y su trabajo para justificar diversas pseudociencias, atribuyéndole inventos, hechos e investigaciones que no se corresponden con la realidad.

En 1960, en la Conferencia General de Pesas y Medidas de París se definió que la unidad de medida del campo magnético (B) del Sistema Internacional de Unidades (también denominado densidad de flujo magnético o inducción magnética), sería nombrado “Tesla” en honor al inventor serbio. Irónicamente, en vida el único premio que recibió por sus logros fue la medalla “Edison”, máxima distinción otorgada por el Instituto de Ingenieros Eléctricos y Electrónicos (IEE). Se habla de que presuntamente se le iba a otorgar conjuntamente el Premio Nobel de Física en 1915 a él y a Thomas Edison, pero Edison se negó a compartir el premio y por ello ninguno lo ganó. Sin embargo, no hay información oficial al respecto, por lo que se trata solo de un rumor. Otros homenajes póstumos que se han rendido a Tesla, son: un cráter en la luna lleva su nombre, al igual que el planeta menor 2244, el aeropuerto de Belgrado y una empresa propiedad de Elon Musk; se erigió una estatua en su honor en Nueva York y otra en la Universidad Carolina en Praga; se estableció el Premio Tesla de divulgación, el billete de 100 dinares de Serbia lleva su retrato y aparece en las monedas de 10, 20 y 50 céntimos de euro de Croacia. También se han escrito diversos libros y se han producido múltiples películas relatando su vida y obra. Incluso, aparece en el anime Shūmatsu no Valkyrie como uno de los 13 representantes de la humanidad.

Frase de Nikola Tesla

Nikola Tesla: Uno de los más grandes genios de la historia

Actualmente, la corriente alterna sigue iluminando al mundo entero y el legado de Tesla es invaluable. En total, se le atribuyen más de 300 patentes registradas a lo largo de su vida. Sus inventos y descubrimientos fueron la base de grandes desarrollos de su época y de épocas posteriores; y se le considera como el “Padre de la Segunda Revolución Industrial” gracias a su influencia en áreas como el electromagnetismo, la radiofrecuencia, la robótica y las telecomunicaciones. Entre sus inventos y aportes más significativos, destacan: la masificación de la energía eléctrica, el generador de corriente alterna, el motor asíncrono, el desarrollo de la transferencia inalámbrica de energía eléctrica mediante ondas electromagnéticas, la bombilla sin filamento o lámpara fluorescente, dispositivos de electroterapia o diagnóstico, una turbina sin paletas operada por la fricción del fluido, la Bobina de Tesla, la bujía para encendido de motores de explosión y el desarrollo de la Telegeodinámica Eléctrica. Además, contribuyó al desarrollo de la radio, los rayos X, la resonancia magnética, la tecnología inalámbrica, el control remoto, el radar, el microscopio electrónico, las ciencias de la computación, la balística, la física nuclear y la física teórica.

Así concluimos la fascinante historia de Nikola Tesla, un genio visionario adelantado a su época que dedicó su vida a aportar al desarrollo de la humanidad sin importar lo que tuviera que sacrificar ni a quién tuviera que enfrentar, convirtiéndose en el proceso en uno de los inventores más importantes de todos los tiempos. Un genio que, con sus avances y descubrimientos, ayudó a construir las bases del mundo en el que hoy vivimos. Un genio cuyo invaluable legado es un referente e inspiración para nuevas generaciones de científicos, ingenieros e inventores. En sus propias palabras:

“El científico no tiene por objeto un resultado inmediato. Él no espera que sus ideas avanzadas sean fácilmente aceptadas. Su deber es sentar las bases para aquellos que están por venir y señalar el camino.”

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Este articulo tiene 2 comentarios

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Bitcoin Revolution delete 31 de mayo de 2023, 17:41

Un excelente personaje, que descubrió muchas cosas que hoy utilizamos

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territorial io delete 31 de mayo de 2023, 20:11

Gran información sobre una gran persona.

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