La historia de Xiaomi, la empresa china que pone a temblar a Apple y Samsung

6 de noviembre de 2022

La historia de Xiaomi, la empresa china que pone a temblar a Apple y Samsung

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A finales de los años 80’s, un joven estudiante chino de bajos recursos tomó prestado un libro de la biblioteca de su universidad, el cual lo inspiraría a incursionar en la industria tecnológica con el propósito de contribuir al desarrollo de su país. Años más tarde, ese joven se convertiría en una de las personas más ricas del mundo y sería reconocido como el “Steve Jobs chino”, tras crear una de las compañías de tecnología más importantes del planeta, cuyo valor actual en el mercado es de más de $45 mil millones de dólares¿Cómo lo logró?

Caso Xiaomi: ¿Cómo se convirtió en una de las empresas tecnológicas más grandes del mundo?

El protagonista de esta historia es Lei Jun, quien nació el 16 de diciembre de 1969 en Xiantao, China.

Sus padres eran una pareja de profesores de muy bajos recursos, pues, después de la Revolución Cultural China que ocurrió entre 1966 y 1976, la profesión de la docencia era muy poco rentable, por lo que la situación económica de la familia se vio muy afectada, hecho que los obligó a tener que subsistir con apenas $7 dólares al mes durante un largo tiempo.

Desde muy chico, Jun despertó una gran pasión por la tecnología animado por su padre, quien creía firmemente que, gracias a ella, China tendría un mejor futuro. En sus ratos libres, el pequeño solía desmontar radios y otros dispositivos por pura curiosidad. En una ocasión, fabricó una lámpara casera con una bombilla, una caja de madera tallada por él y unas baterías que encontró en la basura.

Tras finalizar la secundaria en 1987, decidió estudiar ciencias de la computación en la Universidad de Wuhan. En aquel entonces, apenas se estaban comenzando a estudiar las tecnologías informáticas en China, y la Universidad de Wuhan fue una de las primeras instituciones en ofrecer dicho programa en el país asiático, lo cual representó una gran oportunidad para Jun.

Aunque estaba entusiasmado por la carrera, Jun no destacaba mucho como estudiante. Solía asistir a clases en la mañana y luego dormía toda la tarde. Su vida cambiaría cuando empezó a aprender programación. Poder crear algo útil le apasionó muchísimo. Sin embargo, debido a lo nuevo del programa de formación, la universidad contaba con muy pocas computadoras, y, para poder usarlas, los estudiantes debían esperar un turno. Pese a esta dificultad, se las arregló para pasar la mayor cantidad de tiempo en el laboratorio de computación, para ello, hacía investigaciones y trabajos a otros estudiantes, tomaba los turnos de aquellos que no asistían y les explicaba a otros alumnos cómo usar la computadora.

Cuando no estaba en el laboratorio, se la pasaba en la biblioteca leyendo todo lo que podía acerca de la computación. Fue allí donde descubrió un libro que marcaría un antes y un después en su vida; se trataba del clásico “Fire in the valley”, de Paul Freiberger, el cual lo llevaría a despertar una gran admiración por el trabajo de Steve Jobs.

"Fire in the Valley me inspiró y enseñó algo: si tienes un sueño, puedes ir a buscarlo, y quizás termines creando una empresa de talla mundial.” -Dijo Jun en una entrevista.

Incursionando en la industria tecnológica

Lleno de motivación y determinación, el joven fundó su propia compañía antes de graduarse. Su enfoque era la fabricación de chips que facilitaran a los ordenadores procesar datos en chino. Lamentablemente, el negocio fracasó debido a que en el mercado ya existían competidores fuertes y con mucho más capital que producían mejores chips.

Jun terminó la universidad en 1991, y, debido a su fracaso como emprendedor, optó por salir a probar suerte en el mercado laboral. Se mudó a Beijín y, luego de algunas semanas, consiguió empleo en un laboratorio tecnológico de investigación.

Aunque tenía un buen salario, afirma que se aburria mucho en el trabajo. Su sueño era contribuir a mejorar la tecnología de China, así que renunció a su empleo y se dedicó a visitar todas las ferias tecnológicas que encontraba en la ciudad. En una de ellas conocería a Qiu Bojun, fundador y vicepresidente de la startup Kingsoft, quien estaba impresionado con el tipo de preguntas que Jun hacía a los vendedores de su estante en la feria, por lo que decidió invitarlo a cenar. De esta forma, el joven recibió una oferta para trabajar como ingeniero en la compañía de Bojun, la cual estaba desarrollando un programa similar al Office de Microsoft, llamado “WPS Office”. Él aceptó, convirtiéndose en el sexto empleado de Kingsoft en 1992.

En 1998, debido a su pasión, talento y gran disciplina, Jun fue designado como CEO de la compañía. Una de sus grandes gestiones en este nuevo cargo, fue la lucha contra la competencia y la piratería, abriendo paso para que todos los servicios de la compañía funcionaran de forma online.

Pese a su gran éxito en el mundo corporativo, su deseo de emprender seguía intacto, así que, a principios de los años 2000, en sus ratos libres inició una tienda online de libros y música a la que bautizó “Joyo.com”. Este proyecto tuvo un éxito rotundo en China y llamó la atención de la compañía Amazon, que la compraría por $75 millones de dólares en el año 2004.

A partir de ese momento el dinero ya no sería un problema para Jun, pero esto no hizo que dejara de trabajar, todo lo contrario, comenzó a pensar en el futuro y puso todo su esfuerzo para que Kingsoft lograra una exitosa salida a la bolsa en el año 2007.

Luego de este suceso, y tras 15 años de arduo trabajo, Jun se retiró de la presidencia y dirección de la empresa, alegando motivos de salud, para más tarde ocupar algunos cargos directivos en otras empresas, además de realizar diversas inversiones en startups de desarrollo tecnológico con su millonario capital. De estas inversiones, la más destacada fue la que hizo en UCWEB, un popular navegador móvil chino que sería adquirido por Alibaba Group por $3.800 millones de dólares.

Los orígenes de Xiaomi

Para el año 2010, su intuición le decía que la industria tecnológica enfrentaría grandes cambios en los próximos años como producto de la masificación de los dispositivos móviles inteligentes, por lo que comenzó a buscar ideas frescas para su siguiente emprendimiento. No le interesaba el dinero, simplemente no podía parar y quería cumplir su sueño de revolucionar la tecnología en China. Su experiencia le indicaba que debía aliarse con los mejores, por ello acudió a Lin Bin, un experto que había trabajado en Google antes de su salida del territorio chino, para formar equipo con él. Luego, el emprendedor se puso en contacto con seis conocidos inversores de China y Singapur, que antiguamente habían invertido en sus proyectos, para financiar la creación de su nueva compañía.

Todos se reunieron en el apartamento de Jun en Bejín, el 14 de enero del 2010, para decidir el nombre de la empresa. En un principio, pensaron en llamarla “RedStar, pero encontraron que podían tener problemas porque ya era una marca registrada, así que descartaron esa idea y se decidieron por el juego de palabras “Xiao-mi”. “Xiao” es un concepto budista, el cual dice que un grano de arroz puede ser tan grande como una montaña, esto en referencia a que la empresa que querían crear iba a competir con grandes multinacionales tecnológicas, con décadas en el mercado, como Samsung y Apple; y, la palabra “MI” es la abreviación de “Mobile Internet”, en referencia a la industria en que incursionarían. El 6 de abril del 2010, se funda oficialmente Xiaomi.

El propósito inicial de la compañía fue la creación de un sistema operativo para celulares y tabletas Android, que añadiera las mejores cualidades de “iOS”, el sistema creado por Apple para el iPhone. Llamaron a dicho sistema MIUI”, y éste alcanzó rápidamente el éxito gracias a su diseño y atractivas características. Con el transcurrir de los años, este sistema operativo ha ido ganado popularidad en el mercado hasta nuestros días, convirtiéndose no solo en el sistema principal de la marca, sino también en el preferido por varios fabricantes.

Después del éxito en el desarrollo del software, intentaron probar con la producción de hardware. La inspiración más grande de Jun fue el iPhone; quería crear un terminal que mantuviera toda la funcionalidad de este dispositivo, pero reduciendo considerablemente el costo de fabricación. Además, el empresario quería desafiar el estereotipo de que “los productos chinos son de mala calidad”.

En el verano del año 2011, se presentó el Xiaomi Mi 1, el primer teléfono inteligente de la marca. Se trataba de un terminal de gama media que contaba con un precio realmente asequible, comparado al precio de los modelos de la competencia. Para conseguir esto, la empresa eliminó gran parte de la inversión en publicidad masiva, enfocándose exclusivamente en promocionar el teléfono por redes sociales y a través de una lista de suscripción. Gracias a esta estrategia, el día del lanzamiento Xiaomi contaba con una gran cantidad de clientes potenciales para hacer su pedido. A los 12 minutos y 41 segundos del lanzamiento, ya se habían vendido 150 mil unidades del Xiaomi Mi 1.

Un año más tarde, la compañía presentó el Xiaomi Mi 2, el cual venía en distintas versiones con ligeras diferencias de hardware, además de la característica primordial de la marca: un bajo costo con el que era muy difícil competir. Del Xiaomi Mi 2 se llegaron a vender más de 10 millones de unidades. En China, por estos años, fue el terminal más vendido en comparación a los modelos de otras marcas, como el Galaxy S4 y el iPhone 5.

La estrategia de crecimiento de Xiaomi

El bajo precio de los dispositivos de Xiaomi se convirtió en la insignia de la marca. El mismo Jun manifestaría que el precio de venta de sus dispositivos era casi el mismo que el costo de fabricación. El hecho de enfocar su estrategia de venta a solo el comercio electrónico y prescindir de tiendas físicas, disminuía significativamente los costos de comercialización de los productos, contribuyendo así a la reducción del precio final. Algunos de sus competidores señalaban que sacrificar ganancias a largo plazo era insostenible y afectaría la innovación tecnológica, a lo que Jun Respondió:

"Fundamentalmente creemos que, cuando te cuesta $200 dólares hacer algo, no debes venderlo por $600. La innovación no es un artículo de lujo. La innovación es para todos."

El 12 de julio del 2013, se lanza el primer smartphone de la gama Redmi. La expectación por esta nueva gama fue tal, que hubo más de 9 millones de reservas para poder adquirir el dispositivo. Con este exitoso lanzamiento, las ventas de la compañía se dispararon, alcanzando para finales del año los 18,7 millones de unidades vendidas entre sus distintos modelos de dispositivos.

En agosto del 2013, asume como vicepresidente de Xiaomi el ingeniero Hugo Barra, un extrabajador de Google, quien quedó encargado de expandir la empresa fuera de China, primero en mercados como el ruso y el brasileño, y más tarde en mercados como el europeo.

Debido a que se temía que, el abrirse a nuevos mercados acarrearía grandes demandas por violación de patentes para la marca china, Jun decidió adelantarse adquiriendo los derechos de uso de cientos de patentes de compañías como Microsoft y Nokia. Además, optó por lanzar poco a poco determinados modelos de la marca en esos nuevos mercados, así les sería más fácil controlar el proceso de ingreso a cada país.

Como resultado de esta exitosa estrategia de expansión, Xiaomi se convirtió en un fenómeno global. Millones de personas alrededor del mundo comenzaron a adoptar los dispositivos de la marca como sus favoritos, así se hizo muy popular la frase: “Xiaomi es igual a Calidad, Precio”. Incluso, el público en general empezó a considerar la empresa como la “Apple china” y a su fundador como el “Steve Jobs chino”. Como dato curioso, Jun se sentía halagado por estos comentarios, por ello llegó a vestir con el atuendo característico de Steve Jobs y hasta concluía sus conferencias con el famoso “One more thing” del creador de Apple.

En el 2015, Xiaomi celebraría su quinto aniversario ofreciendo grandes descuentos a través de sus tiendas online, alcanzando la impresionante cifra de más de 2,1 millones de móviles vendidos en 24 horas, un logro que mereció entrar en el Libro de los Guinness Récords. Paradójicamente, este éxito generó una particular situación: al no estar preparado el modelo de negocio para un crecimiento tan grande, la cadena de producción no alcanzaba a fabricar los productos que se demandaban, y esto produjo errores de fabricación. Como consecuencia de ello, Xiaomi se vio en la necesidad de crear un sistema de tiendas físicas, con las cuales podría gestionar mejor los stocks y ajustar la fabricación a la demanda real de cada territorio, además de poder establecer una relación más directa con los consumidores.

En los años siguientes, la empresa incursionaría con fuerza en el sector conocido como “el Internet de las cosas”, creando una amplia gama de novedosos dispositivos tecnológicos, como: patinetas electrónicas, purificadores de aire, dispensadores, sensores, alarmas, cámaras de seguridad, parlantes, robots aspiradores, bombillos, enchufes, televisores, cortaúñas, balanzas, relojes y hasta pulseras inteligentes. Esta nueva apuesta fue tan exitosa, que hoy en día es común encontrar en cualquier hogar de diversos países algún producto de la marca.

En el año 2018, la empresa se propuso a reducir sus beneficios por la venta de hardware a solo un 5%, es decir, el precio de venta de sus dispositivos sería prácticamente al costo de fabricación, esto con el objetivo de reinventar su modelo de negocios. Aunque la propuesta en aquel momento parecía una utopía, ya que el 94% de los ingresos de Xiaomi correspondían a la venta de teléfonos móviles, la compañía logró salir adelante gracias a diversificar sus productos, a cerrar distintos contratos con fabricantes de otros tipos de dispositivos, a la venta de publicidad en sus tiendas de aplicaciones y a fortalecer la creación y venta de software compatible con los dispositivos de la marca. Mientras otros fabricantes se desentendían de sus clientes una vez vendían sus dispositivos, Xiaomi se enfocó en ir más allá, desarrollando una estrategia de crecimiento integral que permitiera ofrecer mejores herramientas y experiencias a los usuarios de su marca.

Otras de las grandes estrategias de la compañía para continuar con sus planes de expansión, fueron: su salida a la bolsa de Hong Kong y el lanzamiento de la submarca Poco, con la que ofrecen dispositivos de gama alta con prestaciones y características de última tecnología, pero manteniendo su promesa de precios asequibles. Además, para mantenerse a la vanguardia, inauguraron en el 2019 un centro de investigación y desarrollo en Finlandia, con el que esperan desarrollar sus propias patentes y dispositivos más sofisticados en el futuro.

Polémicas en la historia de Xiaomi

Pero no todo ha sido “color de rosa” para Xiaomi, pues, pese a todos los éxitos cosechados, también se ha visto involucrada en varias controversias. En una ocasión, la compañía tuvo serios inconvenientes legales con la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual, por su demora y negación a la hora de liberar el código fuente completo de sus modificaciones al núcleo de Android. En otra oportunidad, el Tribunal Superior de Delhi prohibió la importación y venta de productos de Xiaomi en la India, debido a un comunicado de advertencia emitido por la Fuerza Aérea India contra los teléfonos de la marca, declarando que “eran una amenaza nacional porque presuntamente enviaban datos de los usuarios a una agencia del gobierno chino”. Ante esta situación, Xiaomi no tuvo más opción que invertir grandes recursos en la resolución del lío judicial con el vecino país. Sin embargo, este hecho dejó la puerta abierta a la duda de, si al igual que otras empresas de tecnología, Xiaomi también incurría en la vulneración a la privacidad y el robo de datos de sus usuarios, lo que ocasionó que aparecieran nuevas denuncias en otros países por el presunto envío de datos de los usuarios, como registros de llamadas e información de contacto, que estarían almacenándose en los servidores de la empresa a través de la mensajería en la nube. En el 2020, la revista Forbes informó que Xiaomi presuntamente estaría realizando un seguimiento exhaustivo del uso de sus navegadores, incluidos los metadatos de los teléfonos y la navegación de los dispositivos, y, de manera más alarmante, sin cifrado seguro ni anonimato. La empresa china se defendió argumentando que los consumidores habían consentido que se les siguiera la pista, además de afirmar que dicha recopilación de datos estadísticos sólo se utilizaba para propósitos de análisis internos, jamás para sacar un benéfico económico y que no contaban con la identificación personal de los usuarios de los que provenían los datos.

Xiaomi, una de las compañías tecnológicas más poderosas del mundo

Actualmente, Xiaomi se posiciona como la tercera empresa fabricante de celulares más importante del planeta, genera empleo para más de 33 mil personas, tiene un valor en el mercado de más de $45 mil millones de dólares y factura más de $3 mil millones de dólares anuales. Para el futuro, la compañía espera poder seguir consolidando su reputación en territorios lejanos de su natal China, y busca seguir desarrollando nuevas herramientas y diversificando el tipo de productos que ofrece.

Lei Jun, por su parte, tiene 52 años, cuenta con una fortuna personal de más de $7.400 millones de dólares, ocupa el puesto número 26 en la lista de los hombres más ricos de China según la revista Forbes, y ha sido catalogado como el hombre del año según la revista Times en el 2015. Además, es reconocido por sus aportaciones filantrópicas a la universidad de Wuhan, donde ha donado más de $1.000 millones de dólares para mejorar la calidad de sus instalaciones y sus programas relacionados con la tecnología.

Así concluimos la inspiradora historia de Lei Jun, un emprendedor apasionado y visionario que, pese a haber nacido en una familia de bajos recursos, logró prosperar gracias a su amor por la tecnología y a su sueño de contribuir a la revolución tecnológica en China, creando una de las compañías más importantes del mundo y convirtiéndose en multimillonario en el proceso, siendo así un referente y ejemplo para muchos otros emprendedores que también sueñan con revolucionar el mundo a través de sus ideas. En sus propias palabras:

“El emprendimiento está sobrevalorado. El secreto del éxito es el trabajo duro con inteligencia. Cuando estaba en Kingsoft, estaba bajo presión y trabajaba duro, pero los resultados no eran satisfactorios. Confíen en su instinto. Elijan el momento para empezar, pero no posterguen.”

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Este articulo tiene 2 comentarios

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Johanna delete 10 de noviembre de 2022, 9:31

Interesante Historia. Como se puede ver Jun Nunca se rindió y a pesar de que al principio tuvo que trabajar para otros, logro trabajar por sus sueños y crear la gran empresa es hoy en día.

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Expomaquinaria delete 10 de noviembre de 2022, 16:54

Al final a Lei Jun le pasara lo mismo que a su tocayo de Alibaba, eso es lo que pasa en china cuando destacas y piensas que eres la leche.

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